Seleccionar página

Hace tiempo que piensas en todo. En tu proyecto personal. En tu trabajo por cuenta ajena actual. De repente, una pregunta se cruza por tu mente: ¿Y si sales de tu zona de confort? Más, bien, una batería de preguntas… ¿Y si te lanzas de una maldita vez al vacío y pruebas con tu proyecto? ¿Y si dejas ese trabajo que tan infeliz te hace y luchas por aquello que realmente te hace feliz?

Sí, se que tienes miedo. Llevas tanto tiempo pensando, tanto tiempo posponiendo todo, que crees que no vas a lograrlo nunca. Cada vez que te decides a lanzarte, surge una salvedad y otra. Y sigues cediendo a aquello que tanto mal te hace sólo porque tienes miedo.

Y cada día ese miedo es mayor, tan grande que te llevó a cambiar tu forma de ver la vida, viendo sólo lo negativo, creyendo que lo que haces no merece la pena y piensas en tirar la toalla.

Pero no sólo tienes miedo. Sientes que eres una impostora. Qué esto no es para ti. Te das por satisfecha cada vez que rozas con las yemas de los dedos la felicidad de sacar tu proyecto adelante, y, siempre hay algo que hace que vuelvas a pensar qué debes seguir en tu oficina gris, trabajando por el sueño de otro y, dejar tus ilusiones de lado.

Y, poco a poco te vas quemando.

Y te encierras más.

Sigues en tu zona de (mierda) confort.

SAL DE TU ZONA DE CONFORT

¿Qué es la zona de confort?

Es la zona de mierda en la que te encuentras ahora mismo.

Sí, cómo lo has leído. Tu zona de mierda tal cual.

Aquel lugar en el que te encuentras, con el barro hasta el cuello (o mierda, lo que tu prefieras), comiéndote los marrones de los demás.

Es el lugar al que el refrán llama «lo malo conocido».

Y dónde estás calentita, tan agustito sin hacer nada nuevo, que te da lo mismo lo que suceda en el resto del mundo.

Pues hija, tu sabrás… pero te aseguro que lo bueno por conocer, te puede dar muchísimas más alegrías que seguir en lo malo conocido… ¿das el paso o te quedas aquí?

 

¿Cómo puedo salir de mi zona de confort?

Abriendo los ojos.

Dándote cuenta tu misma que ya no puedes seguir así.

Haciendo día a día un poquito más. Creando. Dando pasitos que poco a poco te llevarán a lograr mucho más.

Con tenacidad y paciencia.

Siendo tu misma.

Y liberándote de las cadenas invisibles que te atan a un lugar en el que ni quieres ni debes estar.

 

¿Qué puedo hacer para no volver a la zona de confort?

No tener miedo.

No te recluyas.

Sal sin miedo.

Lucha por tus sueños.

Confía en ti.

Y en tu proyecto.

¿A qué esperas para hacerlo?

 

Sí, todo eso está muy bien, pero ¿cómo puedo hacerlo en la práctica?

Cada caso es diferente y, créeme que lo que funciona a una persona no le puede funcionar a otra. Es decir, lo que a mi me ha funcionado, a ti puede que no te funcione.

Pero si sigues tu instinto, y te apoyas en un grupo de emprendedoras que esté en un nivel similar al tuyo, lograrás grandes avances. En mi caso, gracias a la apuesta que hice con Laura que consistía en escribir un post, que ella si escribió y yo no, (aquí puedes leerlo), me lancé a hacer un taller en directo en instagram y la fanpage del que salió mi servicio de mastermind.

Y de ahí, han salido más retos y proyectos, qué, si no hubiera reventado la burbuja de zona de confort en la que me había metido, no habría imaginado. Pero basta de hablar de mi…

 

¿Y si sales de tu zona de confort?

Ahora en serio. ¿Por qué sigues ahí? ¿Por qué limitas tu creatividad? ¿Y por qué te limitas a ti misma? ¿Qué es lo que te impide salir de allí?

Vamos a ser francas. Si sigues en tu trabajo gris con la excusa «tengo que pagar facturas a fin de mes» o «es que tengo la mala costumbre de comer», tu misma te estás limitando. Estás proyectando, de forma inconsciente energía negativa, ya no sólo respecto a tu trabajo actual, sino a tu situación y el proyecto de futuro.

Porque si lo que quieres es triunfar con tu proyecto, tienes que trabajar en él. Y tener la mente abierta.

No tienes que ser esclava del tiempo, ni de tu proyecto. Tienes que trabajar duro, dentro de los límites que marques y, seguir sintiendo la pasión por tu proyecto.

Porque cuando un proyecto por cuenta propia deja de apasionarte, se convierte en un trabajo. Y ser esclava de un trabajo que no te reporta ningún beneficio ni ninguna pasión, no merece la pena.

Y te lo digo por experiencia.

Llevo más de 10 años a mis espaldas trabajando por cuenta propia. Y sé lo que es trabajar por inercia. Odiando las tareas que haces. Y dejar la pasión, la creatividad de lado. Llegando a perder hasta la ilusión por todo.

Por ese motivo, querida emprendedora, te animo a que salgas de tu zona de confort, le hagas una peineta a todo aquello que te quema y hace recortes a tu creatividad y libertad (tanto creativa, como horaria y financiera) y luches, sueñes a lo grande y consigas todo lo que te mereces.

Porque te lo mereces.

No lo olvides.

 

Y tú, ¿en qué situación estás? Cuéntame en comentarios si necesitas salir de tu zona de confort o si por el contrario ya has salido y vives más feli que una perdiz ?

× ¿Necesitas ayuda?