
Bueno, bueno, bueno…
¡Como ha comenzado esta semana!
Ayer vino la sargento calentita… y si te lo preguntas, no, no ha sido por mi descaro durante el fin de semana publicando aquel reel, ni su ficha, ni los stories cuando me escribió durante el desfile de carnaval… que va.
¡Ojala fuera por eso!
Pero…
¿Qué pasó con la jefa?
Pues que, además de ser lunes (algo que ella odia soberanamente), el calendario del móvil le puso los pies en su sitio.
Resulta que, tras la vuelta de los vértigos, hubo una reunión dónde entre todas las áreas decidimos establecer un calendario y estrategia a seguir.
Todo muy bonito, muy bien planteado pero…
¡SORPRECHA!
La primera en saltárselo ha sido la jefa.
Resulta que el aviso de ayer en el móvil era para recordar que era el día que había elegido para impartir un taller, ese que detalló al milímetro en su fabulosa visión y planificación, pero del que no habló en ningún sitio ni buscó como llenarlo.
Porque claro, qué sería de mi jefa interior si se dedicase realmente a trabajar, promocionar y sacar adelante el negocio y no a torpedear todo lo que se le ocurre…
A mi ya no me sorprende, pero, me sigue doliendo.
En fin, ayer en la newsletter ya adelanté como me sentó a mi esto, y que, he tomado una decisión que, el próximo jueves a las 13h comunicaré en primicia a las que estéis en el grupo de whatsapp que creé para desafiar a la jefa. Y, si ella se piensa que va a salirse con la suya y hacer que esto no funcione, lo lleva claro porque aquí la mua se ha cansado ya de seguirla el juego.
Así que si quieres saber qué pasará el jueves a las 13h, ya estás tardando en entrar al grupo:
¿Y qué tiene que ver la tarta?
Aiiiiis, lo de la tarta tiene su miga.
Resulta que hoy es el cumpleaños del inversor.
Y la jefa confabulada con la de contabilidad (que es así de rata y la ha seguido el juego), en vez de ir a comprarle una tarta en condiciones, han decidido experimentar en la cocina haciendo una tarta. Vale, que la idea no estaba mal (yo ya me relamía pensando en ella cuando lo propuso), perooo, adivina cuando tocaba hacerla…
¿Cuándo?
Por supuesto, en horario de trabajo.
Y claro, la jefa super feliz.
Básicamente porque se ha ido a comprar los ingredientes que la faltaban al inicio de la mañana.
Su plan macabro era «estar un rato haciendo que trabajaba» hasta que llegase el momento de hacer la tarta, que resulta que era justo la hora de la reunión que se había convocado por parte de marketing para todo el equipo, en el que quería hablarnos de cómo estaba yendo (a nivel métricas) todo el secuestro.
La jefa a su rollo, total, su plan funcionó: escaquearse.
¿La reunión?
Pospuesta, pero ya me ha chivado la marketera que lo que está viendo la está gustando y que si así lo siento, siga con mi plan.
Y ojo al dato.
La jefa pasó de todo pero el destino ha querido jugarle una mala pasada.
Ya que quería escaquearse, lo ha tenido que hacer… en condiciones.
¡Si es que me torpedea hasta en la cocina!
Resulta que al ir a montar la nata para la tarta… la jefa no ha ajustado bien las varillas y ha saltado toda la nata por todas partes, llenando de nata toda la cocina, a nosotras mismas y zas!
Ha tocado ponerse con ese contratiempo con el que no contaba.
Y, para colmo, al final he tenido que comprar una tarta porque claro… la jefa ni loca le iba a decir una sola palabra de lo ocurrido al inversor, y mucho menos, presentarle ese destrozo. ¡Faltaría más!
Eso sí, ¿creías que iba a asumir su parte de culpa en todo el embolao de la cocina?
Para nada.
Aquí mi amiga, que es de escurrir el bulto fácilmente, no va y suelta un «¿por qué no me has parado?».
Exacto, además de inventarse un plan para no trabajar, al salirle mal, las culpas para la menda. ¡Qué se habrá creído!
Total, que hoy me tiene calentita…
Y tras este desahogo (uys, hoy ha tocado por aquí y no por el substack), te lanzo una reflexión/pregunta para que, te la respondas a ti misma, o si quieres, me la respondes en comentarios (o en el grupo).
¿Cuántas veces has dejado pasar oportunidades reales por dedicarte a «tareas secundarias» que te hacen sentir ocupadas pero no te llevan donde quieres?
Si sientes que tu jefa interior está torpedeando tus cursos y talleres, haciendo demasiadas tartas y pocos movimientos reales, vente al grupo y lo hablamos antes de que todo acabe llenándose de nata.
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